Tecnología en clase: estudio de un caso

La profesora Allegra analiza el resultado de implementar la tecnología en su clase. A continuación, comentamos su artículo.

Imagen de Mudassar Iqbal en Pixabay

Hay muchos tipos de herramientas tecnológicas que se pueden llevar al aula y diversas maneras de utilizarlas. Mary Allegra, docente de la Universidad de Carabobo, Valencia (Venezuela), analiza en un artículo el resultado de implementar en su curso una wiki, una presentación interactiva y una webquest. 

Allegra ha utilizado la metodología investigación-acción con el fin de cambiar y mejorar su práctica docente y el proceso de aprendizaje de sus estudiantes. Estudiamos la investigación-acción en la asignatura de Habilidades docentes y me alegra ver ahora un ejemplo de lo que se puede investigar: la influencia del uso de ciertas tecnologías en un curso en concreto. Su conclusión es la siguiente: “Las herramientas tecnológicas son motivadoras, favorecen el aprendizaje autónomo y diferentes estilos de aprendizaje; sin embargo, son exigentes y consumen tiempo”.

Una herramienta para cada cosa

La profesora utilizó una wiki para incluir toda la información y los recursos del curso, la presentación interactiva para revisar la enseñanza de la comprensión lectora y una webquest para trabajar la adquisición de la comprensión lectora en el idioma inglés. Además, para asegurar una evaluación justa e imparcial, los trabajos de cada estudiante fueron calificados mediante rúbricas. Para la webquest en concreto la profesora creó una rúbrica a través del generador de rúbricas Rubistar, el cual me alegro de haber descubierto porque me parece útil, práctico y fácil de usar. Tal y como se apunta en el artículo, gracias a ello se pudo evaluar el trabajo colaborativo y el individual según los diferentes estilos de aprendizaje. Estoy de acuerdo con ella en que este tipo de rúbricas favorece que profesores y estudiantes se fijen más en los objetivos conseguidos que en los errores cometidos.

¿Y si no todos buscan la excelencia?

Desde el punto de vista del estudiante, los beneficios de las herramientas tecnológicas, según el estudio de Allegra, son la motivación y que la responsabilidad del aprendizaje recae en el aprendiz. Es decir, el éxito de la tarea depende de cada uno de los integrantes que trabajaron de manera colaborativa. Ello va ligado a uno de los desafíos que presenta: hacer frente a situaciones de conflicto en el trabajo en equipo. En este punto es donde yo me pregunto qué ocurre cuando no todos los miembros del grupo tienen el mismo interés por conseguir la excelencia. No trabaja lo mismo uno que quiere aprender lo justo para salir del paso y superar la asignatura que alguien que, además de eso, quiere hacerlo lo mejor posible y mejorar siempre que se pueda. ¿Cómo se mide el grado de compromiso de cada estudiante hacia la tarea a desarrollar? En mi opinión, no es posible medirlo y el profesor no tiene fácil calificarlo, ya que solo comprobará si se han alcanzado los objetivos mínimos exigidos.

¿Tú también has leído el artículo de la profesora Allegra? Te animo a comentarlo.